Hay un mundo más allá de lo que alcanzamos a ver, somos tan pequeños y tan insignificantes que vemos las nubes tan altas pero desde una nave espacial estas rozan la superficie, somos tan minúsculos que las cordilleras no se notan a miles de kilómetros.
Por increíble que parezca, esos pequeños bichos causan muchos estragos en la incubadora que los vio nacer; nos hemos multiplicado por miles de millones siguiendo un mandato celestial de ‘vayan y multiplíquense’ del cual no estamos seguros de su autenticidad o por simple ignorancia voraz.
Pero, ¿quien le dijo al humano que es el dueño de todo?, lo que ve y toca, y cuando llega tarde arrebata, no pido disminuir la seguridad en si mismo solo hacerse un poco de humildad ante la que consideramos mas pequeño desde nuestro muchas veces no confiable punto de vista.
¿Que sabrán de esto quienes nunca han salido de la jungla asfaltada?, y jamás han estado en un incendio que devora el futuro o lo protege tal vez extinguiendo los humanos, o caminado hasta una aldea aislada a la orilla de mar donde el tiempo transcurre a un segundo por segundo.
(En el tiempo que me tomó escribir este post me hice 10min más anciano)
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