En el supermercado de pronto me doy cuenta que al igual que las demás personas estoy comprando cosas innecesarias; empezando por las bolsas, rastrillos desechables, adornos, latas. Luego los que me rodean igual traen cuanto porquería que no es indispensable.
Ya que el consumo parece ser inevitable pues al menos seamos razonables en nuestro consumo, sobre todo las tonterías que solo están de moda por periodos cortos de tiempo y que igual las tiramos por que ya nadie la usa. De la misma manera productos de belleza, de cocina, decorativos, ropa, electrónicos.
Es mentira que dejamos de comprar eso se perderán empleos, al contrario: garantizaremos su sobrevivencia a largo plazo.
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