En las supuestas democracias mundiales la chusma tiene que elegir al que será su gobernante, para ello cada cierto tiempo se celebran elecciones. Y justo ahí empieza uno de tantos problemas, es que para ello se organizan campañas con el objetivo de atraer el voto; verdadera actitud malintencionada, a las personas ya no se les convence con propuestas bien fundamentadas y estudiadas, al contrario vemos en distintos países recurrir a las necesidades del pueblo para el logro de sus ambiciones personales. Ya en un país centro americano petrolero un payaso juega con los sueños de su país, en un país norteamericano se le vende la idea de finalmente sacar a los migrantes de su territorio, y así sucesivamente. No hablemos de los países en vías de desarrollo donde el colmo de la ofensa es la coacción a votar por determinado contendiente a través de un intercambio comercial el equivalente a 50 dólares por voto.
Dime tú si un ciudadano que vende su voto puede por una parte esperar un buen gobierno y por otra exigir rectitud, es cómplice de su propia extinción.
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